El gesto de desafío de un tenista rebelde, Novak Djokovic, es como la chispa que enciende una mezcla explosiva, procedente de un masivo descontento popular, que lleva largo tiempo acumulándose en nuestra sociedad.
El gesto de desafío de un tenista rebelde, Novak Djokovic, es como la chispa que enciende una mezcla explosiva, procedente de un masivo descontento popular, que lleva largo tiempo acumulándose en nuestra sociedad.
Si las vacunas y el pasaporte Covid no dan resultado, debería pensarse en un plan de emergencia para ampliar capacidades hospitalarias. Lo único que tenemos en agenda es una triste reunión de Presidentes Autonómicos.
El pasaporte Covid no está basado en ningún estado de alarma, sino en una imperfecta sentencia del Tribunal Supremo que los gobiernos autonómicos aplican a su entera discrecionalidad.
Todos piensan que el pasaporte Covid es para proteger a los vacunados de los no vacunados. Sorprendentemente es al revés. La autoridad pública no sabe o no quiere explicarlo.
El Gobierno Vasco ha decretado el pasaporte Covid demasiado pronto para una gestión eficaz de la crisis sanitaria. La incidencia acumulada crece de un modo imparable, perjudicando la imagen del Ejecutivo.
El desastre en la gestión de la pandemia por parte de las instituciones vascas no se debe únicamente a la falta de liderazgo de Urkullu. También falla todo el sistema.
El pasaporte Covid supone un enorme fastidio para los hosteleros. No vale la pena enfadarse con ellos porque solo hacen su trabajo. La culpa de este disparate normativo es del poder público.
Los comités de «expertos» que no saben nada de la materia sobre la que deben asesorar responden a la lógica del realismo político. No causan problemas ni se oponen a quienes les han nombrado.
¿Llegarán las vacunas del Covid-19 a ser obligatorias por ley? Los gobiernos no están dispuestos a asumir la responsabilidad política derivada de los posibles efectos secundarios.
El Pasaporte Covid es contraproducente. Obliga a la gente a salir de espacios públicos en los que se cumple una normativa sanitaria para recluirse en sus casas, donde la probabilidad de contagio es mayor.