Los comités de «expertos» que no saben nada de la materia sobre la que deben asesorar responden a la lógica del realismo político. No causan problemas ni se oponen a quienes les han nombrado.
Los comités de «expertos» que no saben nada de la materia sobre la que deben asesorar responden a la lógica del realismo político. No causan problemas ni se oponen a quienes les han nombrado.