¿Es Pablo Iglesias un revolucionario de izquierdas o un agente al servicio del Estado? El otorgamiento de una condecoración tan rancia y conservadora como esta apunta más bien a lo segundo.
¿Es Pablo Iglesias un revolucionario de izquierdas o un agente al servicio del Estado? El otorgamiento de una condecoración tan rancia y conservadora como esta apunta más bien a lo segundo.
Osakidetza ofrece sus datos sobre el Covid en un mediocre boletín PDF, cuyo mantenimiento cesó hace tiempo. De todos modos no importa, porque casi nadie lo lee.
Personal Sanitario y Fuerzas del orden Público son los eslabones más débiles de la gestión del Covid-19. ¿Podría fallar por ahí el sistema, más que por la hostilidad de los colectivos antivacunas?
Aun no se dan las condiciones propicias para que Isabel Díaz Ayuso sea Presidenta del Gobierno. Tampoco lo necesita: un Madrid boyante es mucho mejor que un Estado de Partidos arruinado por la crisis del Covid-19.
Es política y nada más. La respuesta articulada por la Conferencia de Presidentes Autonómicos tiene como objetivo apoyar a Sánchez. Urkullu protege su paquete de 6.000 millones de euros en el reparto de las ayudas de Bruselas.
Si las vacunas y el pasaporte Covid no dan resultado, debería pensarse en un plan de emergencia para ampliar capacidades hospitalarias. Lo único que tenemos en agenda es una triste reunión de Presidentes Autonómicos.
El pasaporte Covid no está basado en ningún estado de alarma, sino en una imperfecta sentencia del Tribunal Supremo que los gobiernos autonómicos aplican a su entera discrecionalidad.
Todos piensan que el pasaporte Covid es para proteger a los vacunados de los no vacunados. Sorprendentemente es al revés. La autoridad pública no sabe o no quiere explicarlo.
El Gobierno Vasco ha decretado el pasaporte Covid demasiado pronto para una gestión eficaz de la crisis sanitaria. La incidencia acumulada crece de un modo imparable, perjudicando la imagen del Ejecutivo.
El desastre en la gestión de la pandemia por parte de las instituciones vascas no se debe únicamente a la falta de liderazgo de Urkullu. También falla todo el sistema.