El pasaporte Covid supone un enorme fastidio para los hosteleros. No vale la pena enfadarse con ellos porque solo hacen su trabajo. La culpa de este disparate normativo es del poder público.
El pasaporte Covid supone un enorme fastidio para los hosteleros. No vale la pena enfadarse con ellos porque solo hacen su trabajo. La culpa de este disparate normativo es del poder público.
Los comités de «expertos» que no saben nada de la materia sobre la que deben asesorar responden a la lógica del realismo político. No causan problemas ni se oponen a quienes les han nombrado.
La variante Omicron del Coronavirus genera una nueva crisis de confianza entre la ciudadanía y unos gobiernos que no pueden explicar el grado en que la reciente mutación del patógeno afecta a la eficacia de las vacunas.
¿Llegarán las vacunas del Covid-19 a ser obligatorias por ley? Los gobiernos no están dispuestos a asumir la responsabilidad política derivada de los posibles efectos secundarios.
El Pasaporte Covid es contraproducente. Obliga a la gente a salir de espacios públicos en los que se cumple una normativa sanitaria para recluirse en sus casas, donde la probabilidad de contagio es mayor.
Para después del puente de diciembre se prevén nuevas restricciones. Esta vez el Gobierno Vasco graduará cuidadosamente la severidad de las medidas por temor a una caída en los ingresos fiscales.
Hablar de vacunas en una cena de amigos es de tan mala educación como discutir sobre política. Lo malo es que casi nadie se da cuenta de ello.