La propaganda occidental sobre la guerra de Ucrania es penosa. Su descrédito irreparable presenta el reverso de una creciente popularidad de los medios de información rusos.
La propaganda occidental sobre la guerra de Ucrania es penosa. Su descrédito irreparable presenta el reverso de una creciente popularidad de los medios de información rusos.
Con el cierre de la bolsa de Bajmut, una Europa desprestigiada ante los países en vías de desarrollo comienza a despertar de una fantasía heroica que solo existe en la guía de estilo de los propagandistas de la OTAN.
El escepticismo ante el despliegue de los tanques Leopard 2 en Ucrania es un reflejo de diversas incertidumbres de naturaleza tanto política como técnica y operativa en torno a este wagneriano carro de combate alemán.
El turismo de congresos tiene posibilidades en Bilbao. Pero precisa de una estrategia bien diseñada para su reactivación.
¿Es Ucrania una democracia como la de Luxemburgo o Suecia? La propaganda de la Unión Europea fracasa estrepitosamente en su intento de lavar la cara al régimen de Kiew.
Corrupción, intervencionismo económico y pérdida del rumbo en política internacional son a la vez causas y síntomas del declive de la Unión Europea.
La desactivación de un presunto «putsch» en Alemania es el tema de la semana. Detrás de tanto sensacionalismo hay razones de estado del Gobierno Federal.
La crisis de Taiwan deja claro quién manda. Estados Unidos logra sus objetivos, como recompensa de una diplomacia bien planificada y la agresiva proactividad de la administración Biden.
Esto no es una crisis coyuntural. El declive económico y la ruina de nuestras instituciones obligarán en breve a replantear los mismos fundamentos del sistema político español.
El asalto de la SEPI a Indra obedece al deseo de reordenar la industria de defensa en un contexto de incertidumbre geopolítica. Para ello el gobierno Sánchez recurre a un matonismo financiero explícito y perjudicial para la imagen exterior de España.