La propaganda occidental sobre la guerra de Ucrania es penosa. Su descrédito irreparable presenta el reverso de una creciente popularidad de los medios de información rusos.
La propaganda occidental sobre la guerra de Ucrania es penosa. Su descrédito irreparable presenta el reverso de una creciente popularidad de los medios de información rusos.
El PNV se mantiene firme en una postura de apoyo a Ucrania, incluso frente al escepticismo popular y la hostilidad declarada de otros grupos políticos. Aquí te explico por qué.
El escepticismo ante el despliegue de los tanques Leopard 2 en Ucrania es un reflejo de diversas incertidumbres de naturaleza tanto política como técnica y operativa en torno a este wagneriano carro de combate alemán.
Por fin las naciones occidentales se deciden a enviar tanques a Ucrania. Pero, ¿se trata de una decisión firme o simplemente de un bulo periodístico? Y, sobre todo, ¿cuáles son las implicaciones?
Pese a todo lo que se ha escrito sobre este atípico personaje, nadie sabe por qué extraños caprichos del destino llegó a quedar atrapado en medio de un follón como el de la guerra de Ucrania.
¿Es Ucrania una democracia como la de Luxemburgo o Suecia? La propaganda de la Unión Europea fracasa estrepitosamente en su intento de lavar la cara al régimen de Kiew.
La OTAN se niega a suministrar a Ucrania tanques de última generación. Lo que interesa no es la victoria militar de Kiew, sino una guerra de desgaste contra Rusia.
Con la inutilización del Nord Stream, Europa queda separa definitivamente de Rusia. Con lo cual se cumple el principal objetivo de EEUU en Ucrania. Lo único que resta es llegar a acuerdos diplomáticos.
Pese a lo que diga la prensa, el éxodo de jóvenes rusos para eludir el alistamiento es un fenómeno muy puntual. El bajo nivel de vida del país y los altos precios de los vuelos lo ponen muy difícil.
Un escenario improbable, pero no imposible. ¿Cómo reaccionaría Occidente ante un desenlace sin vencedores ni vencidos capaz de trastocar toda la geopolítica mundial?