El turismo de congresos tiene posibilidades en Bilbao. Pero precisa de una estrategia bien diseñada para su reactivación.
El turismo de congresos tiene posibilidades en Bilbao. Pero precisa de una estrategia bien diseñada para su reactivación.
La exposición fotográfica de Metro Bilbao sobre Mujer y Deporte Rural Vasco es un acierto total. Lástima que no esté más publicitada.
Muchos empresarios del pequeño comercio consiguen sobrevivir en Bilbao. Lo hacen a base de horas extra, profesionalidad y una buena gestión del capital circulante.
Pese a lo que diga la prensa, el éxodo de jóvenes rusos para eludir el alistamiento es un fenómeno muy puntual. El bajo nivel de vida del país y los altos precios de los vuelos lo ponen muy difícil.
Esto no es una crisis coyuntural. El declive económico y la ruina de nuestras instituciones obligarán en breve a replantear los mismos fundamentos del sistema político español.
Irene Montero se sube al Falcon para hacer turismo en Nueva York. Porque ella lo vale, porque ya nada importa y, además, sobre todo, porque ella puede hacerlo.
La hostelería resurge lenta y trabajosamente en Bilbao. Estanflación, guerra de Ucrania y altos costes de la energía restan alegría al proceso de recuperación.
Juan Espadas lo apuesta todo a un vasto esfuerzo de movilización de la maquinaria electoral del PSOE. ¿Logrará convencer a una sociedad andaluza más evolucionada y escéptica?
El informe económico de Zedarriak no solo resume los defectos estructurales de la economía de Euskadi. También pone al descubierto un desencuentro entre la clase política vasca y el mundo de la empresa.
Las manifestaciones de antaño tenían que ver con el turismo del ideal. Las de hoy están causadas por la necesidad y se parecen más a los chalecos amarillos de Francia que a las reivindicaciones identitarias de otros tiempos.