La hostelería resurge lenta y trabajosamente en Bilbao. Estanflación, guerra de Ucrania y altos costes de la energía restan alegría al proceso de recuperación.
La hostelería resurge lenta y trabajosamente en Bilbao. Estanflación, guerra de Ucrania y altos costes de la energía restan alegría al proceso de recuperación.
El denominado Pasaporte Covid es ofensivo para la ciudadanía y además del todo inútil. La solución a los rebrotes pasa por la prudencia y la responsabilidad.
La hostelería retoma su actividad en Bilbao. Diversos problemas dificultan la recuperación del sector.
El otro día pasaba por delante de un bar y tuve ocasión de presenciar una escena muy de Bilbao en los tiempos que corren.
La actualización de la normativa sobre los ERTEs es uno de los ámbitos en los que más clamorosamente se percibe la falta de un lobby que defienda los intereses de la hostelería.
Cada año la economía experimenta su proceso ritual de renovación: se cierra el ejercicio, se hacen las cuentas anuales, listados de buenas intenciones, pronósticos, presupuestos,
Entre todas las medidas de la normativa impuesta como parte de nuestro ineficiente sistema de gestión del Covid-19, la más incomprensible, inútil y extemporanea es el toque de queda durante las horas nocturnas y de madrugada.
Bares y restaurantes, cuando están bien gestionados, suelen ser buenos negocios.
Boni García, propietario de este emblemático local que conserva la atmósfera de los grandes cafés históricos de Bilbao, con un toque popular y una barra poblada de lo más selecto de la gastronomía vasca y española
Hermann Thate es uno de los numerosos empresarios de la hostelería bilbaina que aprovecha el estrecho margen permitido por la normativa sanitaria para mantener en funcionamiento una mínima presencia a pie de calle.