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Narrativas de lo que acontece bajo la línea de flotación

Posibilidades de una cooperación económica entre Israel y Euskadi

Project Cargo

Durante los últimos años se han establecido diversos contactos entre la Diputación Foral de Bizkaia y la aceleradora de startups israelí SOSA, con sede en Tel Aviv. Gracias a un acuerdo de colaboración, periódicamente se llevan a cabo convocatorias para desarrollar proyectos de nuevas empresas digitales, promovidas por emprendedores vascos, en el ecosistema de startups judío, uno de los más avanzados y dinámicos del mundo. Hasta la fecha, sin embargo, no parece haber cristalizado la propuesta de una presencia permanente de SOSA en Bilbao, concretamente en dependencias del futuro Centro de Emprendimiento de Torre Bizkaia. Esto es algo que nuestra administración foral debería esforzarse en corregir, no solo en beneficio de sus propios planes para crear un ecosistema emprendedor en pleno centro de Bilbao, sino por las posibilidades que supone de cara a una cooperación económica más amplia entre Israel y la zona del Gran Bilbao. Ello traería consigo beneficios considerables en aspectos aparentemente tan poco afines a las modernas tecnologías de la información como el transporte multimodal, la logística, el tráfico portuario e incluso la construcción naval.

La visita a Euskadi de dos embajadores israelís (Daniel Kutner en 2018 y recientemente Rodica Radian Gordon) evidencia el interés de Tel-Aviv por el entorno marítimo e industrial vasco. En el centro de estas consideraciones se halla una nueva modalidad de transporte denominada Project Cargo, que se especializa en el traslado de cargas, normalmente de gran tamaño, que por sus dimensiones físicas, su geometría u otras características especiales no son aptas para ser movidas de un lugar a otro por medio de contenedores. El Project Cargo es un mercado de creciente importancia en relación con China, los mercados emergentes y numerosos países de Oriente Medio y el mahgreb que se están equipando con refinerías de petróleo, plantas de montaje, depuradoras, ferrocarriles y diversos servicios públicos.

Israel entra en esta categoría, no tanto por su nivel de desarrollo como por la concentración de su economía, a lo largo de las últimas décadas, en sectores específicos como las industrias alimentarias, de defensa y alta tecnología. Esta tendencia ha estado motivada por su situación geopolítica en una de las regiones más conflictivas del planeta. Una vez alcanzada la primacía mundial en numerosos ámbitos vanguardistas (tecnologías de riego, ciberseguridad, biociencias), el país judío descubre su urgente necesidad de infraestructuras públicas y equipamientos básicos típicos de cualquier país industrial desarrollado. Ahí es donde el Project Cargo adquiere su mayor relevancia estratégica, con buenas oportunidades de negocio para el Puerto de Bilbao y sus areas industriales próximas. El Project Cargo no se gestiona de un modo rutinario y a piñón fijo, como el tráfico de contenedores. Requiere flexibilidad, planificación, equipamientos especiales, trabajar con series cortas, equipamientos especiales, habilidades personales, ciencia de datos, seguridad informática, planificación y un amplio espectro de competencias de naturaleza tanto directiva como tecnológica. Precisamente el tipo de talento multidisciplinar que ha permitido a los vascos crear empresas como Gruas Aldaiturriaga o Cadenas Vicinay.

Israel, por su parte, podría beneficiarse de la aplicación de tecnologías digitales a un sector tan complejo. Las empresas industriales que surgirían y se reactivarían por el estímulo de un entorno logístico más avanzado necesitarían modernizarse sobre todo en cuanto a software de gestión, proyectos y ciberseguridad, para mejorar su eficiencia, robustecerse ante posibles ciberataques (una de las grandes lacras del siglo XXI) y mejorar su capacidad para interactuar con el resto de los agentes del sistema. Sin mencionar las ventajas de ubicación geográfica en la Península Ibérica -nodo de tráfico privilegiado entre el Norte de Europa, el Atlántico, Latinoamérica, el Mediterráneo y el continente africano- así como la posibilidad de extender los negocios industriales y digitales a países del Mahgreb y el Oriente Medio.

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