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Acciones tecnológicas chinas: una buena opción pese a las caídas

China

Las acciones de los gigantes tecnológicos chinos -Alibaba, Meituan, Tencent, etc.- son un tema de moda desde que comenzó su desplome en los mercados. Las causas de esta bajada no han de buscarse tan solo en la presión que supuestamente estaría ejerciendo la nueva administración norteamericana del presidente Biden sobre los grandes fondos de pensiones y los inversores institucionales para disuadirles de comprar activos chinos. Aunque hay algo de eso, la principal causante de las caídas es la política de Beijing. Durante los primeros años de su despegue industrial y tecnológico, el gigante asiático dejó a sus empresarios un amplio espacio de libertad. Ahora les echa la rienda encima con regulaciones y normativas cuyo objetivo consiste en uncir el sector tecnológico de un modo más eficiente y orgánicamente subordinado al conjunto de una economía china poderosa y estable dirigida por el Partido Comunista. Las sanciones contra el carismático empresario Jack Ma, hace un año, han de interpretarse en este contexto.

Dos son los ámbitos principales en los que el gobierno chino impone restricciones a sus empresas: los salarios mínimos y otras codiciones de trabajo (sobre todo para los repartidores de Meituan) y, ¡agárrense!, nada menos que la protección de datos (Alibaba, Tencent). Aunque los inversores han respodido con una oleada de pánico sin precedentes, vaciando sus carteras del mismo modo que un avión arroja combustible para facilitar un aterrizaje de emergencia, en principio la actuación de Beijing parece razonable. Es lo mismo que harían los gobiernos occidentales con Apple, Google, Amazon, Facebook, Blablacar, Airbnb y toda esa constelación de repartidores de pizzas coordinados mediante apps de teléfono móvil… si pudieran.

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar… Cediendo al pesimismo, se intuye que no está lejos el tiempo en que a unos gobiernos occidentales cada vez más intervencionistas y hostiles al planteamiento liberal de sus propias economías les de por seguir los pasos de China. Algunos, como el de Pedro Sánchez, ya han producido alguna que otra estampida en las empresas de reparto. Apple y Google están a la cola de nuevos impuestos, sanciones de la Unión Europea o regulaciones menos permisivas que las aplicadas hasta la fecha. Para entonces, ya veremos cuál es la reacción de los inversores.

Entretanto, las acciones chinas continúan siendo una buena alternativa de inversión, pese a las caídas. Los balances de empresas como Meituan y Tencent parecen estar en orden, con ratios de rentabilidad tan buenos como sus homólogas de Occidente. Pero a precios mucho más ventajosos y con un riesgo moderadamente bajo de incurrir en nuevos desplomes. No es más que cuestión de tiempo, nervios de acero y paciente obervación por parte del inversor, hasta que el viento empiece a soplar por popa y se barrunte un cambio en la tendencia.

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