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La variante Delta del Covid-19

Variante Delta

Desde hace algún tiempo es trend topic. Os estaréis preguntando. ¿Y eso de Delta qué es? ¿Cómo la han descubierto? ¿En qué se diferencia del Covid-19 standard? ¿Cómo saben incluso que existe? Después de leer sobre el tema en revistas alemanas, como Der Spiegel o Wirtschaftswoche, os puedo contar sobre el tema algo que va más allá que las noticias del mainstream y los rumores en redes sociales. La verdad es que hasta la fecha nadie ha podido contemplar bajo el microscopio un especimen de la denominada variante delta. Ni siquiera se conocen con exactitud sus características específicas ni las consecuencias epidemiológicas del nuevo patógeno. Lo único que se sabe es que la variante delta del Coronavirus es más contagiosa -sin que esto implique que tenga que ser más letal-. Si se ha llegado a estas conclusiones es gracias a un análisis estadístico. En otras palabras: el descubrimiento de la variante Delta es un producto de la ciencia de datos.

Imagina que a un individuo le hacen una PCR y sale positivo. El laboratorio extrae de él una muestra del virus y lo analiza en un secuenciador genético. A continuación compara su cadena de ARN con la de miles de otros especímenes secuenciados con anterioridad. Si la cadena de ARN no es copia exacta de las muestras existentes y difiere en un número relevante de bases, entonces los ingenieros genéticos la clasifican aparte y hablan de una nueva cepa. Seleccionando a todos los pacientes en los que se encuentra el mismo patrón, y comparando los datos epidemiológicos de esas personas, se puede saber, por ejemplo, si el porcentaje de contagios es más alto, si hay más gente que contrae la enfermedad pese a estar vacunada y otras características similares. Sobre la base de todos estos datos es cuando se empieza a hablar de nuevas cepas o variantes y la peligrosidad de las mismas.

Como es lógico, en este procedimiento existe un margen considerable para la formulación de conceptos difusos, dando lugar a la proliferación de afirmaciones caprichosas y noticias sensacionalistas. ¿A partir de que cantidad de bases diferentes en la cadena de ARN podemos hablar de una nueva variante? Esta es una decisión hasta cierto punto arbitraria de los ingenieros genéticos. También se dice que basta con que alguien tosa al otro lado de la manzana para que tú te contagies con la variante Delta. En realidad la situación no está tan clara. Lo único que sabemos es que entre los afectados con Delta, los datos estadísticos indican una mayor incidencia de la enfermedad y una menor capacidad inmunizadora de las vacunas. Más allá de estos hechos constatables a partir de estudios estadísticos, no está clara la existencia de una nueva oleada del Covid-19. El aumento de los contagios puede deberse a otros factores, como la movilidad típica de los meses de verano, el deterioro de los fármacos, los resultados imprecisos de las pruebas, la mala calidad de los datos, motivos políticos o vaya usted a saber qué.

Lo único cierto, pese al actual repunte en la incidencia acumulada y la extensión de la variante Delta, es que continúa la tendencia general a la baja, siguiendo el mismo patrón que las grandes pandemias de la historia. Las hospitalizaciones y la letalidad disminuyen. Esto no quiere decir que podamos bajar la guardia. La gente debe seguir siendo responsable en cuanto al uso de la mascarilla y al mantenimiento de distancias personales. La administración debería mostrarse proactiva en el combate de la pandemia, sin repetir los errores de gestión que dieron lugar al caos de la primera oleada del Covid-19 a comienzos del 2020.

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