¿Cuál es la Historia?

No hace falta saber mucho de finanzas para entender la situación. Basta conocer un poco la historia de las burbujas financieras y también algo de sensatez. Una divisa que en pocos meses pasa de valer 800 dólares a más de 60.000, y que no está respaldada por activos de ninguna clase, ni materias primas, ni patentes, ni recursos naturales, sino tan solo por unos cuantos megavatios consumidos en ciclos de procesador, solo tiene un recorrido lógico previsible tras haber llegado a lo que consideramos su cúspide: dibujar el otro lado de la curva con un grado de simetría comparable… solo que con pendiente negativa.

La tecnología del blockchain es muy prometedora y no cabe duda de que en el futuro servirá de base a incontables innovaciones, en las finanzas, en la logística e incluso las administraciones públicas. Sin embargo, sus capacidades no pueden distraer de la percepción, basada en el mero sentido comun, de que una de sus implementaciones concretas, el bitcoin, no es más que un fenómeno similar a los tulipanes holandeses de 1634 o las empresas tecnológicas del puntocom en el año 2000. Todo lo demás es literatura y fantasías de unos cuantos ilusos.

Cuando se produce un amplio movimiento de retroceso en los mercados financieros, surgen voces aconsejando mantener o, peor aun, aprovechar el descenso para hacer nuevas compras. Esto, que puede tener algún sentido con valores fuertes de los índices conservadores (Dow Jones, DAX-XETRA, CAC o incluso nuestro amodorrado y funcionarial Ibex35), supone un riesgo mortal cuando se está en lo alto de una burbuja. Hasta el mismo Elon Musk lo está diciendo alto y claro: “mis coches ya no se pagan en bitcoins”.

¿Alternativas sensatas de inversión? Las de costumbre: haz caja con las criptomonedas y coloca tu dinero en algún valor potente del DAX que haya bajado algunos puntos durante el pánico de las criptomonedas. En los próximos días es posible que acciones como las de Bayer, Infineon, Covestro, Adias o Merck recuperen su cotización de hace unos pocos días, proporcionándote por el camino algunos euros de beneficio. Más no se puede hacer en las circunstancias actuales.