Artículo original posteado por Leon Noel Gärtner en la web alemana Lehrer News.
En la era digital, los docentes tienen a su disposición más herramientas que en ningún otro momento anterior de la historia. Esto coincide con las crecientes dudas acerca de la efectividad del Bachillerato y las pruebas de acceso a la Universidad de cara a una preparación adecuada de los nuevos reemplazos generacionales. Con la ayuda de nuevos métodos de apoyo a la enseñanza, el Bachillerato podría mejorarse. Aprovechar de manera efectiva tales métodos requiere no solo la motivación de los docentes, sino también un conocimiento práctico de las aplicaciones.
Una posible herramienta sería ChatGPT, ahora también disponible como ChatGPT-4. Los clientes de pago pueden utilizar la versión mejorada de la IA. Sin embargo, el ChatGPT gratuito sigue estando disponible y también puede ser útil en el aula. Este artículo no solo tiene como objetivo presentar ChatGPT como una herramienta, sino también informar a los docentes sobre el potencial y los riesgos de la inteligencia artificial. Este trabajo está publicado en una página web para profesores de secundaria alemanes. La traducción que he hecho, aunque intenta seguir de la manera más próxima posible lo escrito por el autor, no coincide literalmente con el texto original. Inevitablemente, es necesario llevar a cabo algunas modificaciones para adaptarlo al contexto educativo y cultural de España y la América Hispana.
ChatGPT es un prototipo de chatbot desarrollado por OpenAI, que se lanzó en noviembre de 2022. ChatGPT se basa en texto y aprendizaje automático. En esta modalidad, una máquina se entrena para mejorar constantemente a través de la incorporación y el análisis de nuevos datos. Los algoritmos están diseñados para detectar patrones y correlaciones en conjuntos de datos y tomar decisiones basadas en los mismos. Con el tiempo, la afluencia de nuevos datos y la interacción de dichos datos con la información anterior, ChatGPT adquiere cada vez un conocimiento más avanzado. En este aspecto, es el usuario quien enseña a la máquina a través de una interacción constante con ella.
ChatGPT es gratis en su versión de uso más comun (GPT 3.5) y se puede utilizar a través del navegador. Primero, hay que ir al sitio web de OpenAi y crear una cuenta. Esto no cuesta nada. Lo único que se necesita es una dirección de correo electrónico y una contraseña. El usuario recibe un correo de confirmación. También tendrá que ingresar un nombre y proporcionar un número de teléfono. El número de teléfono es comprobado con un código adicional que se envía por SMS. Una vez cumplido esto, la IA y el LLM (Modelo Extenso de Lenguaje) de OpenAi está listo para usar. Cierto, el sitio web está escrito en Inglés y es imprescindible defenderse en este idioma para moverse entre las diferentes páginas y secciones. Pero el Chat también entiende español, alemán y gran número de otros idiomas. Simplemente, se trata de introducir preguntas y aguardar la respuesta.
He aquí algunos ejemplos de uso práctico:
Como cualquier cualquier tecnología, ChatGPT conlleva riesgos:
ChatGPT está disponible para cualquier persona que desee utilizarlo, tanto docentes como estudiantes. De hecho, con este software, cualquiera puede crear textos científicos o presentaciones sin tener que escribirlos por sí mismos. En tales circunstancias, verificar la originalidad de los textos se convierte en un desafío para el profesorado. Se trabaja afanosamente en la creación de nuevas herramientas, como marcas de agua digitales, para garantizar que los estudiantes no «subcontraten» su trabajo a la IA. Pese a que ChatGPT puede ser útil para el aprendizaje, también existe potencial para el fraude. Además, como se mencionó anteriormente, la IA no es infalible y puede generar una buena cantidad de basura si se la deja a su bola sin supervisión de ninguna clase. Y esto no es broma: lo mismo confunde un artículo del Código Civil que mete personajes inexistentes en las novelas de Clarín.
En España, el sistema educativo hace tiempo que superó tabúes como los de las calculadoras de bolsillo, ordenadores portátiles o incluso Internet a través de tablets y teléfonos móviles. La presencia del Chat GPT en el aula no debería provocar demasiado revuelo en un entorno en el que ya estamos acostumbrados a ver cómo llueve sobre mojado. Sin embargo, aún tenemos por delante un amplio debate sobre el potencial de las tecnologías digitales, sus, beneficios y riesgos. Y esto va a durar mucho tiempo hasta que las posibilidades revolucionarias de la actualidad cristalicen en los métodos asentados y convencionales del futuro.