En otros tiempos el Gobierno Vasco decretaba cerrojazos cuando la incidencia acumulada superaba el límite de los 400 casos. Ahora tenemos un índice ocho veces mayor, y NO PASA NADA.
En otros tiempos el Gobierno Vasco decretaba cerrojazos cuando la incidencia acumulada superaba el límite de los 400 casos. Ahora tenemos un índice ocho veces mayor, y NO PASA NADA.
¿Es Pablo Iglesias un revolucionario de izquierdas o un agente al servicio del Estado? El otorgamiento de una condecoración tan rancia y conservadora como esta apunta más bien a lo segundo.
Osakidetza ofrece sus datos sobre el Covid en un mediocre boletín PDF, cuyo mantenimiento cesó hace tiempo. De todos modos no importa, porque casi nadie lo lee.
Aun no se dan las condiciones propicias para que Isabel Díaz Ayuso sea Presidenta del Gobierno. Tampoco lo necesita: un Madrid boyante es mucho mejor que un Estado de Partidos arruinado por la crisis del Covid-19.
Es política y nada más. La respuesta articulada por la Conferencia de Presidentes Autonómicos tiene como objetivo apoyar a Sánchez. Urkullu protege su paquete de 6.000 millones de euros en el reparto de las ayudas de Bruselas.
Si las vacunas y el pasaporte Covid no dan resultado, debería pensarse en un plan de emergencia para ampliar capacidades hospitalarias. Lo único que tenemos en agenda es una triste reunión de Presidentes Autonómicos.
El pasaporte Covid no está basado en ningún estado de alarma, sino en una imperfecta sentencia del Tribunal Supremo que los gobiernos autonómicos aplican a su entera discrecionalidad.
El Gobierno Vasco ha decretado el pasaporte Covid demasiado pronto para una gestión eficaz de la crisis sanitaria. La incidencia acumulada crece de un modo imparable, perjudicando la imagen del Ejecutivo.
El desastre en la gestión de la pandemia por parte de las instituciones vascas no se debe únicamente a la falta de liderazgo de Urkullu. También falla todo el sistema.
El pasaporte Covid supone un enorme fastidio para los hosteleros. No vale la pena enfadarse con ellos porque solo hacen su trabajo. La culpa de este disparate normativo es del poder público.