¿Cuál es la Historia?

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¿Es el Athletic un equipo de fútbol mediocre?

Athletic - Clasificación

Por supuesto que no. En los vestuarios de los gimnasios se tiene ocasión de escuchar conversaciones en tono bastante pesimista acerca de lo mal que van las cosas, de lo inútiles que son los directivos, de que si el que más vale es el hermano de Williams, de aficionados que pisotean sus carnets después de un mal partido (pero que después los recogen otra vez y los limpian con un clínex) y de otras estupideces por el estilo que en momentos puntuales, y teniendo en cuenta la natural propensión a la hipocondria del bilbaino de clase media, pueden resultar comprensibles, pero que en la realidad y a la vista de resultados a largo plazo carecen por completo de justificación. Antes de abordar esta cuestión con objetividad, es preciso mencionar el confuso estado de ánimo de la ciudadanía con respecto a este histórico combinado del deporte vasco y español, que conoció sin duda mejores tiempos, pero que ahora tampoco está tan mal, como vamos a ver muy pronto.

Un poco de Ciencia de Datos nos aclara el tema. Examinando las estadísticas de la Liga desde 1970, se comprueba que el Athletic ha estado, por término medio, en el puesto 8 de la clasificación. No es mala marca para un período de dos generaciones. Ahí os dejo el gráfico para que lo comprobéis. El resto de las métricas -puntos conseguidos en la temporada, diferencia entre goles obtenidos y recibidos, porcentaje de partidos ganados- está en concordancia con lo anterior y transmite la imagen de un equipo de fútbol que no ha conseguido llegar a ser de los grandes (Barcelona, Madrid), pero que tampoco tiene nada que envidiar a los restantes combinados de la Liga española.

¿De dónde viene entonces la idea, del todo falsa pero muy extendida entre numerosos opinadores, de que el Athletic es un club en decadencia, como resultado de la actividad de jugadores mediocres, su anticuada y pueblerina política de cantera y la pésima gestión de directivos incompetentes puestos a dedo por el PNV? Sin lugar a dudas esta noción tiene su origen en los magoneos habituales de la política local, pero sobre todo, y esto es lo más importante, en la frustración por la imposibilidad de ver cumplidas unas expectativas demasiado altas. Después de aquellas históricas temporadas de 1982-83 y 1983-84, en las que el heroísmo deportivo rojiblanco alcanzó su hora mejor, no ha habido otros triunfos comparables que satisficieran al anhelo de la afición. Hubo momentos difíciles, como la década 1986-1996, o los años posteriores al 2006. Pero el Athletic siempre se mantuvo firme, jamás cayó a segunda y siempre terminó por recuperarse. Y ahí sigue estando.

Conservar la gabarra en el Museo Marítimo, a la vista de los viandantes, no ayuda en nada a difundir una visión realista del fútbol bilbaino. Los socios pasan por allí, y al verla criando óxido y mohos, viven siempre a la tensa espera de un milagro que nunca sucede. Anhelan un triunfo que en su día fue el efecto de una serie de circunstancias extremadamente favorables que no se han vuelto a repetir, y no valoran el verdadero nivel de su equipo, que no es nada malo comparado con el de los otros clubes. El protagonismo estelar en el fútbol moderno, profesionalizado y rabiosamente competitivo, es algo que solo está al alcance de auténticas fábricas de goles como el Barcelona o el Real Madrid, bien financiadas y pobladas por los mejores jugadores del mundo. Pero un equipo de categoría intermedia, que logra defender su posición en la parte alta del promedio, también puede mostrar su excelencia en muchos sentidos.

Y aquí llegamos inevitablemente a una cuestión crucial. ¿Debería el club renunciar a la norma que impide los fichajes de jugadores no nacidos en el País Vasco? A la vista de los resultados objetivos, está claro que NO. En realidad, no hace falta, y además, renunciar a ello supondría perder mucho. La admisión de fichajes foraneos solo estaría justificada en caso de querer emprender una estrategia ambiciosa y contundente, dirigida a convertir el Athletic en uno de los principales equipos de Europa. Para ello faltan los recursos y la ambición. La cantera es el factor distintivo que hace del Athletic un equipo único en todo el mundo. Si hubiera que sacrificarla, debería ser por una buena razón que hoy por hoy no existe.

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