¿Cuál es la Historia?

Narrativas de lo que acontece bajo la línea de flotación

Angela Figuera se merece una estatua en Bilbao

Angela Figuera

Imagen: cartel de Paco Romero

Hoy, más que nunca, toda ciudad moderna se ve ante la necesidad de poner en valor el talento local. Sobre todo el de otros tiempos, para que sirva de inspiración a las generaciones jóvenes y lo que ha de venir. Si nuestra arquitectura postmoderna y la publicidad institucional ya no impresionan a nadie, lo razonable sería echar mano de una cantera en la que yace el recuerdo de grandes figuras de las letras, el arte o el pensamiento, para llevar a cabo una campaña de resignificación de espacios urbanos con un doble objetivo: primero, alimentar la autoestima colectiva de la ciudadanía local, y segundo, hacer saber al visitante que no ha hecho su viaje en vano. En las calles de Bilbao, los turistas deberían estar topándose todo el rato con monumentos y placas conmemorativas dedicadas a escritores y poetas célebres de estos entornos. Cada iniciativa que el Ayuntamiento omite en este sentido es una oportunidad perdida a la hora de transmitir la importancia de Bilbao como centro de acontecimientos históricos relevantes y de cultura.

Una de estas figuras literarias, a la que no se le concede la atención que merece, pese al nutrido censo de admiradores que todos los años le rinden homenaje, fue la poetisa Angela Figuera (Bilbao 1902 – Madrid 1984). Licenciada en Filosofía y Letras, profesora, escritora, represaliada por la lealtad republicana de su esposo, coetánea de Blas de Otero, Gabriel Celaya y Gabriel Aresti, encuadrada en una generación perdida de la posguerra civil a la que, por llamarla de algún modo, se le puso el nombre de «generación del desarraigo», su obra incluye títulos como «Belleza cruel», «Mujer de barro» y «Soria pura».

El estilo de Angela Figuera comenzó dejándose envolver por los influjos de Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Con los años se depuraría a sí mismo evolucionando hacia la diáfana sencillez y el sentido de compromiso social que hoy cautiva a su afición, y que ha hecho que sus poemas hayan sido traducidos a casi todos los idiomas importantes.

Todos los años la Asociación Artística Vizcaína organiza una tertulia literaria en recuerdo de la escritora. En esta ocasión la mesa y los turnos de lectura de poemas estuvieron dirigidos por María Angeles López Ondiviela y Loli Rubio, vicepresidenta de la Asociación Artística Vizcaína. Además de este acto conmemorativo anual, las Tertulias Poéticas de los Martes mantienen de modo constante la reivindicación de una escultura para Angela Figuera en algún punto céntrico de Bilbao. Con insistencia y tesón, esto es algo que debe lograrse como parte de un proceso de reinvención de nuestra ciudad tras el descalabro económico y moral del Coronavirus.

Leave comment