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El cable submarino Grace Hopper llega a Bilbao

Grace Hopper en Sopelana

Hace pocos años se pensaba que el territorio español jamás podría llegar a ser un buen emplazamiento para los nodos de comunicaciones de Internet. ¿La razón? España es una península. No tiene ningún motivo traer hasta aquí un tendido de fibra óptica si luego no tiene a dónde ir. Si acaso, se podría instalar un buen centro de datos… si el coste de la electricidad no fuese tan surrealista en este país. La tecnología de los cables submarinos ha anulado por completo este axioma de la Geopolítica. En estos momentos, y gracias a los avances en materiales, procedimientos y métodos de gestión, ciudades como Madrid o Lisboa pueden convertirse en encrucijadas vitales de la autopista mundial de la información. En lo que respecta al intercambio de datos, España podría volver a ser un nodo estratégico de relevancia mundial entre Europa, Africa, el Oriente Medio y las dos Américas.

La semana pasada, una noticia que apenas llamó la atención en los medios, la llegada del cable submarino Grace Hopper a Bilbao -surgiendo desde las arenas costeras de Sopelana- reviste una gran importancia gracias precisamente a esta constelación de posibilidades de futuro. Lo que esto significa para una ciudad como Bilbao es mucho, sobre todo de cara a una recuperación de nuestra economía local y a la substitución de agotado modelo turístico y cultural con epicentro en el Guggenheim por otras estrategias más productivas.

Bilbao fue en otros tiempos, ya antes de la industrialización, un importante centro de intercambio comercial. Es posible que algún día lo vuelva a ser. La apuesta por la multimodalidad, de volver a activarse tras una suspensión de cuatro décadas, da alas a esta perspectiva. La alta velocidad ferroviaria, una economía de servicios reactivada y un entorno más favorable a la iniciativa empresarial y el emprendimiento, unidos a esta reubicación geoestratégica propiciada por los cables submarinos, representan señales muy favorables para nuestra decaída y confusa Villa.

El cable Grace Hopper -bautizado así en honor a una pionera norteamericana de las Ciencias de la Computación, une a Bilbao con la Costa Este de EEUU y las Islas Británicas. Telxius y Telefónica son los contratistas principales de este proyecto en Euskadi. Queda por ver si el futuro va más allá de la simple anécdota y unas panorámicas de la obra tomadas en la playa de Sopelana por los fotógrafos de la prensa local.

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