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Manipulando el mercado con noticias

Mercados

El otro día, leyendo la prensa económica, me encuentro un claro ejemplo de cómo las manos fuertes, a través de los medios de información, manipulan a las inexpertas masas moviendo sus intenciones de compra y de venta en el sentidio que más interesa. Para quien le interese examinar el asunto de cerca, la noticia salió publicada el pasado 15 de junio en Expansión (página 20 – El Foco del Día: “Los valores que más pierden con el alza de las materias primas”), y reproduce las opiniones de dos analistas de reconocido prestigio (Neil Shearing de Capital Economics y Andreas Bruckner de Bank of America). Su tenor es el siguiente: como resultado de la incipiente inflación y el alza de las materias primas -de entrada una cuestión que se da por supuesta, siendo algo complejo y estando aun por ver hasta dónde llegan las tendencias-, hay empresas, concretamente Renault, Henkel, National Express y Hochtief que verán incrementados sus costes, con la probabilidad de una caída sostenida de sus valores en bolsa. Por el contrario, entre los ganadores podrían estar compañías como Maersk, ASML y Siemens. Estos ejemplos no están extraidos arbitrariamente del texto. El propio medio hace el favor de dejarlos resaltados en negrita bien grande como gancho de la noticia.

Si nos molestamos en consultar los gráficos de larga duración de cada una de los valores que se mencionan, advertimos una notable particularidad. Casi todos los títulos a los que los analistas dan por vencedores han experimentado una fortísima subida durante los meses del Coronavirus. Recíprocamente, las casas que supuestamente van a sufrir una peligrosa escalada de costes por el alza de las materias primas llevan ya algún tiempo -incluso desde antes de la pandemia- sufriendo correcciones derivadas de diversos problemas característicos de la empresa moderna: cambios de coyuntura, errores estratégicos, procesos estructurales. Sin embargo, lo peor de las respectivas travesías por el desierto parece haber pasado ya o estar a punto de terminar. Por lo demás, y pese a su tendencia moderadamente bajista, la situación financiera y los balances no pintan del todo mal.

Alguna de estas empresas presuntamente castigadas por la inflación y el mayor precio de los suministros incluso ha vuelto a los beneficios. Concretamente Hochtief, filial alemana de la española ACS (la empresa de Florentino), dispone de una cartera de pedidos repleta y coronada por un proyecto colosal como el nuevo túnel bajo el Elba en Hamburgo, que supone una facturación adicional superior a los 500 millones de euros. Honestamente, si yo, como inversor enfocado al medio o largo plazo, tuviera que elegir entre una empresa como MAERSK, que durante el último año ha más que triplicado su precio en la bolsa de Copenhague (de 5.600 a 18.000 coronas) y Hochtief, que lleva dos años perreando con una reestructuración de costes y pedidos, no lo pensaría dos veces.

¿No será más bien que los bancos, las compañías de seguros, los fondos de pensiones y otros inversores institucionales tienen sus carteras atiborradas de esos valores a los que consideran estrella, y necesitan desprenderse de ellos, suscitando actividad en los enjambres de traders o colocándoselos a los pequeños inversores por la vía habitual de empaquetarlos en fondos de inversión molones, de los de “oh, fíjese usted lo que han subido durante los últimos años”? A quien desée sobrevivir en este mundo cruel e infamemente cínico de los mercados financieros, una mirada crítica a lo que publica Yahoo Finance le puede venir bien antes de seguir sin más el consejo de los analistas que trabajan para prestigiosas entidades bancarias de Frankfurt y Wall Street.

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