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Deutsche Bank vuelve a ser interesante para los inversores

Deutsche Bank

Antaño uno de los más prestigiosos institutos financieros de Alemania -perteneciente a las legendarias cuatro «D», junto con el Dresdner, el Darmstädter y la Diskonto Gesellschaft-, no hace falta recordar la infamia del hundimiento de su reputación con motivo de la crisis de Lehman Brothers en 2008. Temeridad, arrogancia, pérdida de ética profesional y otros vicios típicos de la banca moderna produjeron en el lado inmaterial de los activos un efecto similar al de los activos tóxicos en el balance (hipotecas de alto riesgo, inmuebles invendibles, bonos griegos, diversos delitos por prácticas irregulares e incluso lavado de dinero y, últimamente, pérdidas por derivados del mercado monetario procedentes de grandes empresas españolas). Basta contemplar un gráfico histórico y ver cómo en lo que llevamos de siglo la cotización cae desde más de 150 euros a mediados de 2007 hasta menos de 6 -marzo de 2020- para hacerse una idea de la magnitud de la tragedia.

No hay mal que cien año dure. Entretanto, la suerte del Deutsche Bank comienza a cambiar lentamente, algo que por otro lado era de esperar. El proceso de saneamiento iniciado tras la pérdida de rumbo durante la gran recesión está haciendo progresos satisfactorios. Se han cerrado miles de oficinas. Las cúpulas y los mandos intermadios se renuevan. Los valores y la estrategia del negocio se apartan de las grandes ambiciones de otros tiempos para volver a ser lo que fueron, un compromiso del día a día con el mundo de la empresa y los impositores de la baja clase media. Con esta hoja de ruta, era de esperar que algún día las buenas noticias volvieran a ser más populares que las malas. Incluso las agencias de calificación (Fitch y Standard & Poor’s) han vuelto a subir el rating a los banqueros de Frankfurt.

Sin que apenas nadie se haya dado cuenta, Deutsche Bank lleva camino de convertirse en uno de los favoritos del DAX alemán. Como valor cíclico, se beneficia de una sensible mejora en la coyuntura al recuperarse la economía de la crisis del Covid-19, y también de un moderado alza en los tipos de interés que expanden su capacidad para generar beneficios. Desde su punto más bajo a comienzos de 2020, Deutsche Bank ha incrementado su cotización en un 130%. Con una capitalización de 22.000 millones de Euros en el Xetra, casi se podría decir que vuelve a ser alguien. Si estuviera en el Ibex35, no haría falta ni discutirlo.

Asímismo se percibe cierto atractivo en los ratios financieros excluyendo inmovilizado inmaterial. La cotización con respecto al valor contable es todavía de un magro 0,38. Los bancos europeos alcanzan por término medio el 0,54. Los estadounidenses hasta un 1,07. Teniendo en cuenta los años que el Deutsche Bank lleva saneándose, ello implica tanto riesgos reducidos como la posibilidad de un considerable recorrido potencial al alza. El escenario ideal para inversores de valor y especuladores prudentes.

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