¿Cuál es la Historia?

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El Covid-19 acabará antes de lo que pensamos

Covid-19

Esta es una afirmación que posiblemente no convencerá a una mayoría habituada a pensar en la clave pesimista y catastrófica que imponen medios de comunicación, redes sociales y charlas de vecindario. Pero existen razones para pensar que el final de la crisis sanitaria se encuentra a la vuelta de la esquina. La primera de ellas es que, con unos niveles de paro, déficit público y descontento popular tan descontrolados, ya no se puede tensar más la cuerda. Los primeros conatos de desorden público en Holanda y otros países obligan a los gobiernos a responder con firmeza ante las reivindicaciones violentas de la calle. Pero también transmiten el aviso de que es obligado reemplazar su enfoque puramente político de la crisis sanitaria por otro centrado en medidas más prácticas y menos dañinas para la economía y las libertades ciudadanas.

La realización indiscriminada de pruebas PCR y serológicas comporta la posibilidad de un giro en la situación. En gran parte las PCR no descubren contagios nuevos, sino casos que ya estaban ahí. Si de cada 10.000 PCR un millar dan positivo, eso quiere decir que, con síntomas o sin ellos, aproximadamente un 10 por ciento de la población está afectada por el patógeno. En España no serían los 2 millones y medio que refleja la estadística oficial, sino más del doble. A medida que las pruebas PCR se extiendan al conjunto de la población, irán aflorando más de esos contagios que ya estaban ahí. Hasta un límite.

Llegará el momento en que, al haberse detectado la práctica totalidad de los contagios, la proporción de contagios descienda bruscamente. Entonces habrá terminado la crisis sanitaria y se levantarán las restricciones -no todas, porque durante algún tiempo seguiremos llevando mascarillas en el transporte público y los supermercados-. Al ritmo en que se hacen los PCR (unas 200.000 por día), esas fechas de saturación se encuentran relativamente próximas, como mucho a 3 o 4 meses vista. Probablemente menos.

El despliegue de las vacunas, que generarán inmunidad en una parte cada vez mayor de la población, contribuirá asímismo a adelantar el final de la pandemia. Después de las dificultades iniciales, debidas a cuellos de botella e ineptitudes burocráticas de la administración, es de esperar que el proceso se acelere gracias a las economías de escala y una logística mejorada.

Por todas estas consideraciones, cabe suponer que el punto de salida de la crisis sanitaria se encuentra no a meses ni a años vista como sostienen los más cenizos, sino tan solo a unas pocas semanas de la fecha actual.

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