¿Cuál es la Historia?

Narrativas de lo que acontece bajo la línea de flotación

Kostolany

André Kostolany

Quien desée participar en el mundo de los mercados financieros, como profesional, inversor particular, periodista económico o simple aficionado, no puede pasar por alto esta referencia: André Kostolany (Budapest 1906 – París 1999), decano de especuladores, bon vivant, amante de la cultura y de la música clásica, testigo de todos los sucesos relevantes del siglo 20, un hombre del Renacimiento en los mercados financieros y, como prueba del algodón, alguien que dejó probada su competencia ganando mucho dinero en bolsa. La vocación especuladora de Kostolany surgió de la necesidad, según él mismo explicaba en una de sus frases favoritas: “Si tienes mucho dinero, no debes especular; si tienes algo y lo deseas, puedes especular; pero el que no tiene nada, debe convertirse en especulador profesional”.

Sus libros (sobre todo “Estrategia bursátil” y “El maravilloso mundo de la bolsa”) son de lectura obligada para conocer una experiencia y una filosofía de manejo del dinero que, dicho sea de paso, está muy alejada de la mentalidad del especulador de nuestros días, tanto profesional como amateur. Kostolany despreciaba el análisis técnico y el fundamental tampoco lo tenía en gran estima. Según él, la bolsa funcionaba con una lógica propia, a veces caprichosa, que llevaba a la ocurrencia de fenómenos que en apariencia contradicen el sentido comun -como por ejemplo su paradigmático fait accompli (“hechos consumados”)-, pero que hay que conocer, si no se quiere salir del parqué con los bolsillos vueltos del revés.

Incluso libros suyos que no tienen que ver directamente con la bolsa, como “¿Qué hace el dólar – En el laberinto de las especulaciones monetarias (1987)” resultan claves para que una persona sin formación financiera entienda el funcionamiento de la economía mundial y los grandes temas del comercio multilateral y el funcionamiento de las relaciones internacionales. Dos décadas después de su muerte, André Kostolany sigue estando de actualidad. Un repaso a sus obras, durante los largos meses del confinamiento del Covid-19, nos permite entender la realidad de los mercados mucho mejor que el resumen diario de la prensa salmón.

Uno de los puntos en los que la filosofía inversora de André Kostolany choca contra la idiosincrasia del especulador moderno era su rechazo respecto de las posiciones cortas. Ganar dinero cuando todos los demás lo pierden resulta poco satisfactorio. Por ello, y después de experimentar los desgastadores efectos psicológicos de un par de maniobras exitosas en este ámbito durante la crisis de los años 30, Kostolany decidió que las ventas en corto no eran lo suyo y en lo sucesivo se dedicó exclusivamente a especular al alza. Esta forma de ver las cosas, por lo demás en sintonía con su mentalidad optimista y epicúrea, es totalmente ajena al mindset de cualquier trader de nuestros días. No hablemos ya de auténticos enterradores como George Soros o Michael Burry.

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