¿Cuál es la Historia?

Narrativas de lo que acontece bajo la línea de flotación

Urkullu debería aprender de Revilla

Dos líderes regionales con estilos muy distintos y cuyo poder deriva también de diversa fuente. El Lehendakari vasco debe lo que es a la burocracia de un partidoa político con más de un siglo de historia (el PNV) y una poderosa maquinaria financiera (el Concierto Económico de Bizkaia). El Presidente de Cantabria, por el contrario, es un auténtico self made man. Todo su poder es el resultado del talento, el trabajo tesonero y el sentido de la oportunidad de un solo hombre. Hemos olvidado cuáles fueron los orígenes del fenómeno Revilla. Años 90: Cantabria entera tiembla bajo el pie de un antiguo boxeador, un personajillo despótico, corrupto, sexista y alcoholizado. Solo un hombre alza su voz contra la tiranía, un insignificante profesor de Estructura Económica de la Universidad de Cantabria. A partir de tan modestos orígenes, el humilde académico Miguel Angel Revilla, asciende hasta convertirse no solo en figura política clave de la región, sino también en un mascarón de proa institucional y mediático. Innumerables cántabros se han afiliado al PRC atraidos únicamente por el carisma del líder.

Revilla no precisa de encuestas ni de relaciones públicas. Paseando por cualquier polígono industrial de Santander o una feria de ganado, es capaz de saber quién ganará las elecciones con solo hacer unas pocas preguntas al paisanaje: quién eres, qué te preocupa, cómo ves la situación, etc. Su habilidad para entender a la gente constituye el principal activo de su talento político. Más secreto no hay. Y tampoco es necesario. No se percibe la importancia de algo tan simple hasta que no ve el resultado en las urnas. Muchos vascos que tienen segunda residencia en Castro Urdiales, Laredo o Ajo, también votarían al PRC si estuvieran empadronados en Cantabria.

En Euskadi a Revilla se le ridiculiza por el tópico de unas anchoas que, pese a tener aquí en mayor cantidad y para nada peores, los vascos nunca han sido capaces de vender. Esta actitud vasca es de paletos, de gente inculta y desinformada que aun sigue enseñando billetes de 50 euros por la ventanilla del coche al pasar los túneles de Pancorbo, pero que en realidad no sabe cómo funciona el mundo. Cada cual publicita su tierra como puede, dando lo mejor de sí con lo que tiene a mano, aunque sean productos del campo. Euskadi tiene polígonos industriales y clusters de alta tecnología que son negocios de pérdidas subvencionados por el dinero de los Conciertos Económicos. En cambio los sobaos y anchoas de Cantabria encaran el siglo XXI como auténticos éxitos de ventas. Sobre todo desde que el Presidente de la Comunidad Autónoma les hace una publicidad tan campechanota y libre de complejos. Si hiciera lo mismo con los libros de Pereda, no me cabe duda de que no tardaría en hacer desaparecer a Bernardo Atxaga de los suplementos culturales de los periódicos.

Miguel Angel Revilla es el prototipo del emprendedor político español, de eso que en la Restauración (1875-1923) llamaban caciques por derecho natural: sin tierras, ni dinero, ni influencias en la Corte, pero con un gran carisma y un perfecto conocimiento de la psicología humana y las motivaciones de sus paisanos. Algo que un Urkullu atrapado en el triángulo fatídico de sus propias limitaciones personales, la incompetencia institucional vasca y las complejidades de nuestra política de partidos, lamentablemente no tiene ni tendrá jamás.

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