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Cómo defenderse del acoso masivo en las redes sociales

Acoso en redes sociales

En primer lugar, no perder la calma. Si tuvieras un solo atacante, no te preocuparía. Pues bien, aunque resulte difícil de creer, un millón de ellos tampoco te pueden hacer mucho daño. Todo lo contrario, porque la masa es más cobarde que un solo individuo. No les temas y mantente firme. Dado que el meme o el montaje photoshop que te han hecho y te presenta como una especie de monstruo fascista y políticamente incorrecto incluye tus señas -Facebook, Twitter, Messenger, email, etc.-, vas a recibir un chaparrón de mensajes insultantes y amenazadores. No te preocupes. Ten preparado un pequeño texto explicativo haciendo saber la verdad: que se trata de un infundio, que has dado parte a la policía, que jamás serías capaz de hacer cosas semejantes, etc. En pocas palabras. A cada borrego que te escriba para provocarte, haces un copypaste y se lo envías.

Si el asunto se ha hecho viral, puedes optar por una inmersión estratégica. Facebook, Messenger y Twitter tienen opciones para desactivar temporalmente sus cuentas. Busca las instrucciones en Google o en las páginas web de las plataformas y haz lo que se te indica. Si no te ven, tampoco te podrán atacar. Al cabo de algunos días la tormenta habrá amainado y nadie se acordará del asunto. Introduce algunos cambios de diseño en tu perfil -nombre diferente, otra foto, distinta imagen de fondo-. Los atacantes en masa son increíblemente imbéciles. Todo aquello que sirva para confundirles o bajar sus niveles de adrenalina les dejará desarmados y hará que descienda la intensidad del ataque.

Si las injurias son graves, puedes denunciarlo. Haz pantallazos, recopila el material que poseas, guárdalo en una carpeta o en una llave USB. Sin embargo, debes saber que la probabilidad de que prospere una demanda por injurias es baja. Te recomendaría que te limitases a informar a la policía sobre el incidente -porque es posible que también les haya llegado el meme- explicando la situación y poniéndote a disposición de la autoridad para cooperar en lo que sea y facilitar cualquier información sobre el tema. Eso sirve para reducir la carga de trabajo en las Unidades de Delitos Informáticos y ayuda más de lo que piensas. En caso de que la ofensa revista la gravedad de un delito, la misma policía te dirá si puedes denunciar e incluso que debes hacerlo. Busca las direcciones de correo electrónico y los números de teléfono en las secciones de contacto de los respectivos servicios de las Fuerzas del orden Público.

Sobre todo, no intentes enzarzarte en una lucha cuerpo a cuerpo contra tus agresores. Pero tampoco te calles. Como la masa no atiende a razones, no podrás explicarte ni defender tu causa. Intentarlo es una pérdida de tiempo. En lugar de eso, preséntate como la víctima de un complot. Proclámalo en tu muro de FB o en twitter a grito pelado. Quéjate, protesta, replica, afea conductas, rezonga, lloriquea, tematízalo del modo más estrepitoso que puedas y no te inhibas a la hora de abusar de cualquier recurso de sentimentalismo barato. Si los políticos también lo hacen. ¿Por qué tú no? Como he dicho antes, los usuarios de redes sociales son estúpidos hasta decir basta, y más fáciles de volver a tu favor de lo que piensas.

Por timorato y pequeñoburgués que seas, no te cortes a la hora de poner en juego cualquier género de marrullería táctica que se te ocurra. Al fin y al cabo, te va en ello tu supervivencia. En resumidas cuentas, se trata de hacer un espectáculo de tu propia desgracia, igual que Marco Antonio en su inmortal discurso ante el cadáver de Julio César en las escalinatas del Capitolio.

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