¿Cuál es la Historia?

Narrativas de lo que acontece bajo la línea de flotación

La Conspiración del Fútbol

DFB/Athletic

Durante los últimos días hemos tenido ocasión de asistir a una intriga mediática de libro (en este caso de periódico). Detrás de ella está, cómo no, El Correo Español, que con un par de artículos sobre los beneficios fiscales que la Hacienda Foral de Bizkaia tiene previsto dispensar al Athletic de Bilbao, ha provocado un revuelo impresionante en la opinión pública y la política de Euskadi. En cuestión de días, las coaliciones de gobierno se resquebrajan, la confianza del electorado declina, la oposición se echa al monte y peligra el mismo futuro económico del mayor y más importante de los territorios vascos. Los otros territorios, Gipuzkoa y Araba, se suman a la gresca poniendo como tropa de choque a las hinchadas futbolísticas respectivas. El resultado es una cosa convulsionada, confusa, resentida, mezquina, insolidaria, maniquea y muy poco vasca. Y todo ello en vísperas de Elecciones Generales.

Lo más sorprendente es que la causa última de este jaleo no solo parece de lo más inocua, sino que además, está tan escondida bajo toneladas de papel de los boletines administrativos que no solo no llama la atención. Ahora mismo, después de haberla localizado a raíz de la polémica desatada durante la última semana, que levante la mano aquel de los lectores que, tras haber leído el artículo en cuestión de la norma foral, es capaz de entender lo que dice. Y aunque lo entendiera, no habría para tanto. En el fondo se trata de una simple medida de fomento económico, y además beneficiosa para Bizkaia. Se limita a proporcionar un aliciente fiscal para que alguno de los gestores de fondos de inversiones fugados de la City londinense a raíz del Brexit se anime a establecer su sede social en Bilbao y alrededores. Nada más.

Es al mezclar algo tan árido como la legislación tributaria con el fútbol cuando tiene lugar la reacción en cadena. Ingresos irregulares, al parecer, no solamente son los obtenidos por las inversiones de alto riesgo y las startups, sino también las retribuciones salariales de los jugadores de nuestro entrañable e incompetente Athletic. De pronto se pone en marcha la maquinaria psicológica de masas que hace posible los motines populares, los linchamientos y las revoluciones. Los mismos que arropan al equipo local derrota tras derrota, se soliviantan ahora porque unos maromos que solo saben dar patadas a un balón -y eso sin demasiado éxito, a lo que se ve- tengan unos ingresos laborales mucho más altos que el oficinista y el funcionario vasco del montón. No solo eso, sino que ahora, además, Hacienda Foral les va a perdonar una parte considerable de lo que deben. Y como resultado de esto, el PNV contra las cuerdas. La Euskadi nacionalista se tambalea.

¿Creen que todo es chiripa, y que El Correo Español no tenía conciencia del efecto que estos floridos artículos sobre el tema, encargados a algunos de sus principales espadachines de la pluma de la sección económica del periódico podían tener? ¡Por supuesto que sí! Pensar de otro modo con respecto a un medio que lleva más de ocho décadas cultivando el arte de la manipulación social y que en esa práctica ha adquirido un fino olfato para los temas sensibles y la manera adecuada de tratarlos, es no estar en la realidad. De gran interés a este respecto es la cuestión de los verdaderos motivos subyacentes para arrear semejante estacazo al PNV, y qué es lo que el Grupo Vocento podría estar persiguiendo al fomentar este Motín del Fútbol entre la ciudadanía de Bizkaia: ¿Cambiar el equilibrio de fuerzas en la política vasca? ¿Mejores contratos de publicidad institucional? ¿Avales para el grupo Vocento? Nadie lo sabe. Pero algún día nos enteraremos. Fijo que sí.

Soy de los que piensan que al final lo que triunfa es el cinismo político, por encima de los sueños y las vanas esperanzas de todas esas masas de ilusos que acuden al redoble del tambor de sus respectivos partidos políticos, sin otra perspectiva de mejora personal que la embriaguez pasajera de un estado de ánimo gregario y la satisfacción visceral que produce el acto de embestir todos a una contra la efigie y los símbolos del adversario. Lo más regocijante para El Correo y sus maquiavélicos redactores jefe es el panorama de discordia y de desunión entre los diversos colectivos que cimentan eso que llamamos la Euskadi Oficial, el “Oasis” o como se le quiera llamar. Lo más lamentable de todo está en que en última instancia, la norma foral sobre las rentas irregulares es algo beneficioso y necesario para Bizkaia. Simplemente, la necesitamos como agua en el desierto, y todo este guirigay amenaza con echarla a pique.

No se puede tener una economía próspera sin asegurar una rentabilidad adecuada a los proyectos de los emprendedores, que como todo el mundo sabe, son proyectos de alto riesgo, y como tales, precisan de una recompensa mayor de lo habitual, del mismo modo que sus pérdidas suelen ser más que proporcionales. De este modo, el balance de este confuso episodio se puede resumir en que una intriga política promovida desde los medios de comunicación y algunos partidos de diversas tendencias, pero todos ellos hostiles al sistema, podría tener como efecto a medio y largo plazo un perjuicio irreparable para la economía y el empleo de la provincia de Bizkaia.

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